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¡Actúa natural! (Pero no demasiado): Guía de comunicación verbal y no verbal en una entrevista

¡Actúa natural! (Pero no demasiado): Guía de comunicación verbal y no verbal en una entrevista

¡Actúa natural! (Pero no demasiado): Guía de comunicación verbal y no verbal en una entrevista

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Levanta el telón. Suena la música. Luces encendidas. Bienvenidos a la gran obra de teatro llamada “entrevista de trabajo”, donde cada detalle cuenta y donde, aunque te digan “sé tú mismo”, en realidad te están analizando como si fueras sospechoso en un interrogatorio del FBI.

Piénsalo. Llevas días preparando este momento: has buscado información sobre la empresa, has repasado posibles preguntas, has ensayado frente al espejo (o peor, frente a un amigo paciente).

Pero hay un pequeño problema: tu cuerpo no sigue el guion.

  • Tu pierna empieza a moverse sola como si estuvieras tocando el bombo en un concierto de rock.
  • Tu sonrisa se siente tan tensa que podrías ser confundido con un maniquí.
  • Intentas mantener el contacto visual, pero terminas alternando entre mirada de psicópata y mirada perdida en el horizonte.
  • Y cuando por fin abres la boca… “Pues… bueno… ehhh… sí, o sea…”.

¡Respira! No eres el único que ha pasado por esto.

La comunicación en una entrevista no es solo lo que dices, sino también cómo lo dices y cómo lo muestras con tu cuerpo.

Porque, aunque suene exagerado, un mal lenguaje corporal puede costarte el trabajo, y una comunicación segura y natural puede convertirte en el candidato estrella, incluso si tu currículum no es el mejor del mundo.

Si después de todo esto sientes que necesitas afinar tu técnica y convertir esos nervios en tu mejor aliado, ¡estás de suerte! En Impulso06 tenemos cursos gratis diseñados para que domines el arte de la comunicación en entrevistas y en la evaluación del desempeño. ¿Te imaginas poder aprender a conducir una entrevista de selección como un verdadero profesional? Nuestro Curso Gratis de Entrevista de Selección de Personal te enseña a transformar cada microgesto en una señal de confianza. Y si lo que buscas es evaluar y gestionar competencias sin titubear, el Curso Gratis de Evaluación del Desempeño y Gestión de Competencias es tu herramienta perfecta para brillar. ¡No dejes que tus nervios te ganen la partida y conviértete en el candidato estrella que todos buscan!

🎤 El 93% de tu éxito en una entrevista podría depender de lo que NO dices

Seguro has escuchado que la comunicación no verbal es el 93% del mensaje. Sí, lo dijo Albert Mehrabian, un psicólogo que investigó la importancia del tono de voz y el lenguaje corporal en la percepción de un mensaje. ¿Eso significa que puedes soltar cualquier barbaridad en una entrevista mientras sonries con confianza? No exactamente. Pero sí significa que:

  • El tono de voz con el que dices algo es clave (porque nadie quiere contratar a alguien que suena aburrido o inseguro).
  • Tus gestos y postura pueden reflejar si realmente crees lo que estás diciendo o si solo estás improvisando.
  • El contacto visual te puede hacer ver como una persona segura o como alguien que esconde algo.

Piensa en ello como el «pack completo». No basta con dar la respuesta correcta, hay que transmitir confianza, seguridad y naturalidad. Y ahí es donde la cosa se complica, porque ser natural es fácil… hasta que te dicen que lo seas.

🎭 La gran paradoja: “¡Sé tú mismo!” pero… no demasiado en una entrevista

Aquí está la ironía: te dicen “sé auténtico”, pero en realidad esperan que adaptes tu lenguaje corporal a lo que consideran profesional. Si fueras demasiado tú mismo, podrías acabar con un “gracias, ya te llamaremos” que significa “nunca en la vida”. Y si finges demasiado, podrías parecer un robot sin emociones.

¿Dónde está el equilibrio? Justo aquí, en este artículo. Vamos a desmontar cada una de las claves de la comunicación verbal y no verbal en entrevistas:

✅ Cómo hablar sin sonar nervioso (pero tampoco demasiado confiado).
✅ Cómo moverte sin parecer un maniquí ni un hiperactivo descontrolado.
✅ Cómo controlar gestos, miradas y posturas para transmitir seguridad.
✅ Qué errores comunes hacen que los candidatos se hundan sin darse cuenta.

Prepárate, porque este es un viaje entre lo serio y lo divertido, pero con consejos prácticos que te servirán para que tu próxima entrevista no parezca un capítulo de comedia incómoda.

🚀 Luces, cámara… entrevista. ¡Allá vamos!

1️⃣ El arte de hablar sin parecer un robot em una entrevista (o un loro descontrolado)

Cuando te sientas frente a un entrevistador, tus palabras pueden abrirte la puerta o cerrártela en la cara. No importa si tienes un currículum brillante: si hablas como un androide sin emociones o como alguien que ha bebido diez cafés, la entrevista puede volverse incómoda muy rápido.

Aquí exploraremos cómo encontrar el equilibrio perfecto entre ser claro, conciso y expresivo sin caer en los extremos de la parquedad absoluta o la verborrea descontrolada.

La maldición del monosílabo vs. la verborrea mortal

Responder con un simple «sí» o «no» es el equivalente a jugar un videojuego y quedarte sin vidas al instante: GAME OVER. Si el entrevistador tiene que extraer cada palabra de ti como si fuera un dentista sacando muelas sin anestesia, la entrevista se convertirá en un interrogatorio tedioso.

Por otro lado, hablar sin parar como si hubieras sido poseído por un locutor de radio es igual de problemático. Si el entrevistador empieza a mirar el reloj, mover su bolígrafo con impaciencia o fingir que toma notas mientras piensas «¿Pero de qué demonios me está hablando esta persona?», es hora de frenar.

🚨 Cómo evitar ambos extremos:

✅ No respondas con un monosílabo: Aporta contexto sin dar un monólogo.
✅ No hagas discursos eternos: Si necesitas respirar dos veces antes de terminar una respuesta, probablemente estás hablando demasiado.
✅ Usa ejemplos concretos: Responde con ideas claras y casos reales para ilustrar tu punto sin dar rodeos innecesarios.

🎭 Ejemplo real:

Entrevistador: «¿Te consideras una persona organizada?»
Error 1 – Monosílabo: «Sí.» (¿Y qué hago con eso? ¿Te aplaudo?)
Error 2 – Verborrea extrema: «Bueno, depende. A ver, en mi anterior trabajo yo solía organizar muchas cosas, pero claro, la organización puede verse de muchas formas, porque cada persona tiene su método, ¿no? Y bueno, aunque a veces no uso agenda, siempre me acuerdo de lo que tengo que hacer, pero tampoco quiero decir que mi sistema sea el mejor, aunque en general diría que sí…» (HELP!)
Respuesta equilibrada: «Sí, me considero organizado. Por ejemplo, en mi anterior trabajo implementé un sistema de seguimiento de tareas que redujo los retrasos en un 20%. Intento siempre priorizar lo urgente y lo importante para gestionar mejor el tiempo.» (Breve, claro y útil.)

Cómo evitar la «palabritis aguda»

Es el síndrome del «ehh… bueno… a ver… o sea…». ¿Te suena? Es lo que sucede cuando tu cerebro está en modo buffering y tu boca sigue funcionando por inercia.

Si abres la boca pero las palabras no llegan con lógica, puede que el entrevistador termine con la misma cara que cuando intentas cargar un vídeo con mala conexión: esperando eternamente que algo haga sentido.

💡 ¿Cómo curarse de este mal?

Haz pausas en lugar de llenar con muletillas. Respirar es gratis y muy útil para pensar antes de hablar.
Si necesitas tiempo, dilo con elegancia. En vez de “ehhhh”, prueba con:

  • “Déjame pensar un segundo para darte la mejor respuesta.”
  • “Buena pregunta, lo que haría en ese caso es…”
    Ten frases comodín preparadas. Si te quedas en blanco, puedes usar algo como:
  • «Esa es una buena cuestión. En mi experiencia…»
  • «Interesante punto. Yo lo enfocaría de esta manera…»

🎭 Ejemplo real:

Entrevistador: «¿Cómo manejas el trabajo bajo presión?»
Error: «Bueno, pues a ver… creo que bien, o sea, porque bueno… yo cuando trabajo… pues depende de la presión, ¿no?» (SOS, alguien apague la radio interna.)
Respuesta efectiva: «Me adapto bien a la presión porque suelo organizar tareas por prioridad. En mi último trabajo, por ejemplo, hubo una entrega urgente inesperada y logré reestructurar el equipo para cumplir con los plazos sin comprometer la calidad.» (Conciso, estructurado y con un ejemplo claro.)

El tono de voz en una entrevista: ¿motivado o vendedor de alarmas?

Tu tono de voz es el envoltorio de tu mensaje. Puedes decir exactamente lo mismo de dos maneras distintas, y el impacto será completamente diferente.

  • Si hablas demasiado bajo o monótono, el entrevistador podría dormirse y creer que no tienes energía ni interés.
  • Si hablas demasiado alto o exaltado, parecerás un comercial intentando vender una aspiradora en pleno siglo XXI.

📌 Reglas básicas para sonar natural:

Usa un tono dinámico. No hace falta que cantes ópera, pero varía la entonación para evitar sonar como un contestador automático.
No susurres. Hablar bajo no te hace parecer más misterioso, solo más difícil de escuchar.
Evita sonar demasiado “ensayado”. Si te aprendes las respuestas como si fueran diálogos de película, te oirás falso y forzado.

🎭 Ejemplo real:

Entrevistador: «¿Por qué quieres trabajar con nosotros?»
Error 1 – Modo robot: «Porque me interesa la empresa y creo que puedo aportar mis conocimientos y habilidades.» (Aburrido, sin emoción, parece que lo ha leído de un papel.)
Error 2 – Modo vendedor hiperactivo: «¡Porque esta empresa es increíble y yo soy la persona perfecta para este trabajo! ¡Me apasiona! ¡Puedo aportar tantas cosas! ¡De verdad, me ENCANTARÍA estar aquí!» (Por favor, baja la intensidad.)
Respuesta equilibrada: «Me interesa esta empresa porque valoro mucho su enfoque en la innovación y el desarrollo profesional. Además, mi experiencia en X encaja con lo que buscan, y creo que podría aportar soluciones prácticas en áreas como Y.» (Natural, entusiasta sin exagerar, y con argumentos sólidos.)

La clave para una buena comunicación verbal en una entrevista es el equilibrio.

Ni muy poco, ni demasiado. Ni plano, ni exagerado.

💡 En resumen:
Habla lo suficiente para responder sin aburrir ni aturdir.
Evita las muletillas y usa pausas naturales.
Varía tu tono de voz para sonar natural y profesional.

El objetivo es que tus palabras reflejen confianza sin parecer forzadas. Y sobre todo, que el entrevistador se quede con una imagen clara y positiva de ti, en lugar de recordar la entrevista como una clase de improvisación… o como un monólogo interminable. 🚀

2️⃣ Lenguaje corporal: tu cuerpo también tiene entrevista

Hablar bien es importante, sí, pero tu cuerpo puede delatarte en segundos. Puedes decir con palabras «estoy tranquilo», pero si te hundes en la silla, te retuerces como un calamar fuera del agua o te tiemblan las piernas como si estuvieras en una montaña rusa, tu entrevistador no te creerá ni por un segundo.

Aquí es donde entra en juego el lenguaje corporal: la parte de la entrevista que ocurre en silencio, pero que grita más fuerte que tus palabras. Vamos a desglosarlo para que tu cuerpo juegue a tu favor en lugar de sabotearte.

¡Cuidado con la silla-trampa! Postura y lenguaje corporal clave

La silla de la entrevista es un arma de doble filo. Puede ser tu aliada si la usas bien, pero si te confías demasiado, podrías terminar pareciendo:

  • El candidato desganado: Se escurre en la silla como si estuviera viendo Netflix en el sofá de su casa.
  • El palo de escoba humano: Se mantiene rígido como un soldado en inspección.
  • El inquieto extremo: No para de moverse, cambiar de postura o ajustar su asiento como si estuviera buscando una posición cómoda en un viaje de 12 horas en autobús.

🚀 La clave está en el punto medio:

Espalda recta, pero sin parecer un robot: Imagina que tienes un hilo invisible que tira suavemente de tu cabeza hacia arriba, sin forzar.
Apoya la espalda en el respaldo sin recostarte demasiado: No queremos una postura de «esto me da igual».
Evita balancearte o moverte demasiado: Parece obvio, pero si la silla gira o se mueve, ¡cuidado con los deslices de nerviosismo!

🎭 Ejemplo real:

Error – Postura floja: El candidato se reclina en la silla con los hombros caídos y una expresión de «me da igual lo que pase». (Desinterés nivel: sofá de domingo.)
Error – Postura tensa: Se sienta como si estuviera en una prueba militar, sin mover un músculo. (¿Es un humano o una estatua?)
Postura ideal: Sentado con la espalda recta, levemente inclinado hacia adelante cuando habla, transmitiendo interés y confianza.

Manos inquietas: entre la pasividad y la danza improvisada

Las manos pueden decir más que mil palabras… y no siempre para bien. Si las escondes bajo la mesa, puedes parecer inseguro o misterioso. Si las cruzas como si estuvieras a la defensiva, parecerás cerrado. Y si las mueves demasiado… bueno, podrías terminar pareciendo un director de orquesta en pleno éxtasis.

📌 ¿Dónde poner las manos?

Sobre la mesa o en tu regazo de forma natural (sin apretar los puños como si estuvieras en una pelea).
Muévelas solo cuando sea necesario para enfatizar un punto, no para hacer señales de tráfico.
Evita tocarte la cara, el pelo o los objetos constantemente, porque puede mostrar nerviosismo.

🎭 Ejemplo real:

Error – Manos en modo ninja: Candidato con las manos debajo de la mesa todo el tiempo. (¿Qué oculta? ¿Un as bajo la manga?)
Error – Manos en modo aspas de helicóptero: No para de hacer gestos, al punto de que el entrevistador tiene que esquivar sus movimientos.
Uso correcto: Manos visibles, haciendo gestos ocasionales para reforzar el mensaje, pero sin exagerar.

Piernas: el detector de nerviosismo

Las piernas son como un detector de ansiedad. Puedes controlar tu cara, tu voz y tus manos, pero si tu pierna empieza a moverse como un martillo neumático, estás delatado.

🚨 Errores comunes:

  • La pierna temblorosa: Esa que vibra sin control y hace que la mesa se mueva como si hubiera un mini terremoto.
  • Cruzar y descruzar piernas constantemente: Puede mostrar inquietud o incomodidad.
  • Sentarse con las piernas demasiado abiertas o demasiado cerradas: En el primer caso, puede parecer «demasiado relajado», y en el segundo, «demasiado tenso».

¿Cómo evitarlo?

  • Apoya ambos pies en el suelo para tener estabilidad.
  • Si cruzas las piernas, hazlo de manera sutil y sin cambiar de posición cada dos minutos.
  • Respira y relájate, así evitarás movimientos involuntarios.

🎭 Ejemplo real:

Error – Pierna en terremoto: Candidato cruza las piernas, pero la que queda arriba se mueve como si estuviera tocando el bombo en un concierto de rock.
Error – Piernas en modo estatua: Se mantiene en una posición forzada, sin moverse en absoluto.
Postura ideal: Piernas relajadas, apoyadas en el suelo, con cambios de postura sutiles y naturales.

tu cuerpo habla incluso cuando tú no lo haces

💡 Reglas de oro del lenguaje corporal en entrevistas:
Siéntate con buena postura: Ni demasiado relajado ni demasiado rígido.
Usa las manos de forma natural: No las escondas ni las conviertas en protagonistas.
Controla las piernas: Nada de temblores incontrolables ni cambios constantes de posición.

Recuerda: una comunicación corporal segura y equilibrada puede hacer que tus palabras tengan aún más impacto. Y lo mejor es que, con un poco de práctica, lograrás que tu cuerpo juegue a tu favor, en lugar de sabotearte. 🚀

3️⃣ Mirada: entre el contacto visual profesional y la incomodidad extrema

Dicen que los ojos son el espejo del alma, pero en una entrevista también pueden ser el espejo de tu nivel de ansiedad. Mirar demasiado puede hacer que tu entrevistador se sienta en un duelo del Lejano Oeste, mientras que evitar el contacto visual puede hacerte parecer poco seguro o, peor aún, sospechoso.

Así que, ¿cómo encontrar el equilibrio entre parecer una persona segura y natural, sin caer en el terror del contacto visual extremo? Vamos a desglosarlo.

La mirada asesina vs. la mirada evasiva

Aquí tienes dos extremos a evitar:

La mirada asesina (o “intensidad nivel interrogatorio de película de mafia”):

  • Fijar la vista en el entrevistador sin parpadear, como si intentaras leer su mente o intimidarlo.
  • Mantener una expresión demasiado seria o penetrante.

🎭 Ejemplo real:

👀 Candidato A: No pestañea en toda la entrevista y su mirada es tan intensa que el entrevistador se siente en una sesión de hipnosis. (“Cuando te diga 3, me darás el trabajo… 1, 2, 3”).

La mirada evasiva (o “no quiero que me descubras”):

  • Evitar los ojos del entrevistador y mirar constantemente hacia otro lado (pared, suelo, techo, el abismo existencial…).
  • Dar la sensación de que ocultas algo o de que te falta confianza.

🎭 Ejemplo real:

👀 Candidato B: Pasa la mitad del tiempo mirando la mesa y la otra mitad mirando a la lámpara. El entrevistador empieza a pensar que allí hay algo interesante. (“¿Será un código secreto? ¿Una fuga en el techo?”).

El punto medio: contacto visual natural

  • Mantén la mirada en el entrevistador, pero no de manera fija.
  • Haz pausas y desvía la mirada brevemente cuando hables o pienses, de forma natural.
  • Acompaña la mirada con sonrisas y expresiones acordes al contexto.

🎭 Ejemplo real:
👀 Candidato C (lo hace bien): Mantiene contacto visual, pero lo rompe ocasionalmente de forma natural. Se nota que está escuchando y procesando la conversación, sin parecer un robot ni un espía en misión secreta.

El pestañeo nervioso y otros microgestos traicioneros

Hay pequeñas señales que no controlamos y que pueden delatarnos más rápido de lo que pensamos. Y sí, el pestañeo es una de ellas.

🚨 Errores comunes:

  • Pestañear demasiado rápido (modo colibrí activado), lo que puede indicar nerviosismo extremo.
  • No pestañear casi nada (modo estatua de cera), lo que puede dar vibras inquietantes.
  • Tics nerviosos como tocarse la cara, frotarse las manos o morderse el labio, que pueden hacer que parezcas inseguro o incómodo.

¿Cómo evitarlo?

  • Practica delante del espejo o grábate en video para ver si tienes algún tic nervioso que desconocías.
  • Respira profundamente antes y durante la entrevista, para relajar tu expresión.
  • Sonríe ligeramente de vez en cuando, lo que ayuda a que tu cara tenga una expresión más natural.
  • Si notas que pestañeas demasiado, intenta relajar los ojos conscientemente.

🎭 Ejemplo real:
👀 Candidato D (error clásico): Su pestañeo es tan rápido que parece que está enviando un mensaje en código Morse. («Contráteme o me desmayo»)
👀 Candidato E (modo estatua activado): Mantiene los ojos abiertos tanto tiempo que el entrevistador empieza a preocuparse. («¿Está bien? ¿Necesita gotas?»)
Candidato F (perfecto): Su expresión es tranquila, pestañea con normalidad y muestra un contacto visual fluido sin exageraciones.

La clave está en la naturalidad

💡 Reglas de oro para la mirada en una entrevista:
✅ Mantén contacto visual natural: ni demasiado intenso, ni demasiado evasivo.
Controla tu pestañeo: evita los extremos de «parpadeo excesivo» y «modo estatua».
Cuidado con los tics nerviosos: detectar y corregir gestos involuntarios puede hacer una gran diferencia.

En resumen: mira a tu entrevistador como si estuvieras en una conversación normal, no en un duelo de titanes ni en una escena de película de misterio. 😎

4️⃣ Sonríe, pero no como el Joker: la clave de la expresión facial

Las expresiones faciales tienen el poder de transmitir un montón de información, y no siempre la que deseas. Mientras que una sonrisa bien gestionada puede abrir puertas, una sonrisa mal controlada (o la falta de ella) puede hacer que te vean como un robot o un psicópata en potencia.

La clave es sonreír de manera natural y usar las expresiones faciales de forma que reflejen tu confianza y tu genuina interés en la conversación. Vamos a ver cómo lograrlo sin convertirte en el «malo» de una película de terror.

La sonrisa incómoda vs. la sonrisa genuina

Primero, vamos a hablar de la sonrisa incómoda. Esa que parece sacada de una película de terror, que puedes hacer casi sin querer cuando estás nervioso, ansioso o demasiado consciente de que tienes que sonreír.

🚨 Errores comunes:

  • Sonrisa rígida: Una sonrisa que se nota que está forzada y no alcanza a los ojos. Es como si la boca estuviera en piloto automático, pero los ojos siguen diciendo «¿por qué estoy aquí?»
  • Sonrisa de venta: Esa sonrisa excesivamente amplia que parece que te vas a vender algo. Como si fueras a cerrar un trato y le estuvieras diciendo al entrevistador «¡Compra ahora y llévate 2!»

🎭 Ejemplo real:

Candidato A (sonrisa incómoda): Sonríe con los dientes apretados, como si alguien le estuviera apuntando con un láser. La sonrisa dura más de lo necesario, y se nota que no está cómodo. («¿Alguien me dijo que sonriera? ¿Es esto lo que esperan?»)
Candidato B (sonrisa de vendedor): Sonríe con tanto entusiasmo que parece un vendedor de coches usados. («¡Este es el contrato que todos quieren firmar!»)

La sonrisa genuina es la que se nota relajada, que alcanza los ojos y aparece de forma natural.

  • No es ni demasiado amplia ni forzada.
  • Es sutil, pero se percibe como amigable y segura.
  • Acompañada de una mirada confiada y una postura relajada.

🎭 Ejemplo real:

Candidato C (sonrisa perfecta): Sonríe de manera natural, sus ojos se iluminan un poco, pero sin exageración. El entrevistador siente que la sonrisa refleja genuino interés y no una venta de algo.

Las expresiones faciales traicioneras

Si tu cara pudiera hablar, a veces hablaría más de lo que deseas. Las expresiones faciales son poderosas, y aunque estés tratando de esconder tus nervios, tu rostro podría traicionarte en los momentos más inesperados. Vamos a repasar algunas de las más comunes y cómo evitar que tu cara se convierta en un libro abierto de ansiedad.

🚨 Errores comunes:

  • Cara de “¿qué está diciendo este tipo?”: Esa expresión en la que no puedes ocultar tu confusión o falta de comprensión. Si no entiendes una pregunta, ¡no lo escondas con una cara de espanto!
  • Expresión de sorpresa: Como si te hubieran lanzado una bomba nuclear de información. Evita ponerte la mano en la boca o abrir los ojos desmesuradamente.
  • Cara de duda o incomodidad: Los gestos como fruncir el ceño o arrugar la frente cuando algo te preocupa son normales, pero no dejes que se queden durante toda la entrevista.

🎭 Ejemplo real:

Candidato D (cara de confusión): El entrevistador le hace una pregunta, y su cara se transforma instantáneamente en una mezcla entre “no tengo idea” y “¿en serio estás preguntando esto?”. Su ceño fruncido y su mirada perdida podrían hacer pensar que está más confundido que el entrevistador.
Candidato E (cara de sorpresa extrema): Cuando el entrevistador menciona una habilidad que le gustaría que el candidato tuviera, su cara se abre tanto como si hubiera visto un fantasma. (“¿Habilidades de Excel? ¡Dije que no sé ni abrir el programa!”)

Las expresiones faciales ideales son las que reflejan emoción controlada, pero sin que tu cara se vuelva un carnaval de gestos.

  • Si no entiendes una pregunta, muestra curiosidad genuina sin exagerar.
  • Si te sorprenden con algo, relaja tu rostro y haz una ligera inclinación de cabeza para mostrar que estás procesando la información.
  • Si algo te genera duda o incomodidad, respira profundamente y no dejes que tu cara lo muestre de forma exagerada.

🎭 Ejemplo real:
Candidato F (expresión perfecta): Cuando no entiende algo, su cara refleja una ligera curiosidad, no pánico. Sonríe suavemente, hace un gesto de asentir con la cabeza y mantiene un aire relajado.

usa tu rostro a tu favor en la entrevista

💡 Reglas de oro para las expresiones faciales:
Sonríe naturalmente: Evita las sonrisas forzadas o las de “venta”.
Mantén una expresión tranquila: No dejes que la sorpresa, la duda o la confusión se conviertan en gestos exagerados.
Sé genuino: Si algo te preocupa, muestra interés o pregunta con calma, pero sin que tu cara se convierta en una montaña rusa de emociones.

Recuerda, tu cara es tu carta de presentación, y aunque no puedes controlarla por completo, con un poco de práctica, puedes hacer que se convierta en tu mejor aliada. 😁

5️⃣ Lo que debes evitar a toda costa (o serás recordado como «el candidato raro»)

En una entrevista, el objetivo es impresionar positivamente, pero no hasta el punto de que tu entrevistador se pregunte si acabas de salir de una película de terror o de un espectáculo de magia experimental. Vamos a repasar los errores más comunes que pueden hacer que te ganes el título de «candidato raro» y cómo evitarlos para que salgas como un profesional relajado y genuino.

No seas un espejo humano

Reflejar el lenguaje corporal de tu entrevistador puede ser una herramienta muy poderosa cuando se hace de forma natural y sutil. Es una técnica psicológica que se llama «espejeo» y funciona para generar conexión y empatía. Pero, ¡ojo! Si te pasas de la raya y te conviertes en el clon de tu entrevistador, te vas a ver tan raro que vas a hacer que se pregunte si eres un experto en psicología inversa o si has estado practicando demasiado en el espejo.

🚨 Errores comunes:

  • Reflejar todo de forma exagerada: Si el entrevistador mueve la mano, tu mano también se mueve. Si él se inclina hacia adelante, tú haces lo mismo, pero un segundo después. El problema es que este tipo de imitación extrema se nota, y no transmite confianza, sino incomodidad.
  • Reflejar solo sus gestos grandes, pero sin sincronización: Si el entrevistador cruza los brazos, tú no deberías hacer lo mismo inmediatamente, como si estuvieras siguiendo su coreografía. ¡Esto no es un show de talentos!

🎭 Ejemplo real:

Candidato A (reflejo excesivo): El entrevistador se cruza de brazos, y el candidato lo hace en el mismo momento. El entrevistador se estira, y el candidato lo sigue. Si el entrevistador se ríe, el candidato sonríe con exactamente el mismo ritmo y tono. El entrevistador piensa: “¿Es un robot?”.

¿Qué hacer en su lugar?
Hazlo sutilmente. Si el entrevistador se inclina hacia adelante, puedes seguir su ejemplo, pero de manera que no sea inmediato ni perfecto. Deja que sea natural, como si estuvieras cómodo en su presencia.

🎭 Ejemplo real:
Candidato B (espejeo natural): Se da cuenta de que el entrevistador se mueve ligeramente en su silla y lo sigue, pero de forma fluida. Su lenguaje corporal complementa el del entrevistador, sin parecer que está haciéndolo a propósito.

No invadas el espacio personal

Una de las cosas más incómodas en cualquier interacción es cuando alguien invade tu espacio personal. Si no lo sabes, el espacio personal suele ser un círculo invisible de unos 45 cm a 1 metro de distancia de tu cuerpo, dependiendo de la cultura. En una entrevista, invadirlo puede hacer que el entrevistador se sienta muy incómodo, como si estuvieras intentando venderle algo o, peor aún, como si fueras demasiado intenso.

🚨 Errores comunes:

  • Acercarse demasiado: Si te lanzas hacia adelante o te acercas demasiado al entrevistador mientras hablas, vas a dar la sensación de que te importa más tu espacio personal que el suyo. Esto es enormemente invasivo.
  • Invadir el espacio sin querer: A veces no somos conscientes de que nuestro cuerpo está demasiado cerca, especialmente si estamos nerviosos o si nos sentimos muy cómodos. Pero recuerda, la cercanía tiene límites.

🎭 Ejemplo real:

Candidato C (espacio invadido): Mientras habla, el candidato no se da cuenta de que se está acercando cada vez más al entrevistador, hasta el punto de que la otra persona tiene que retroceder en su silla para evitar que su cara quede a solo unos centímetros. («¿Qué pasó aquí, estamos en una entrevista o en una película romántica?»)

¿Qué hacer en su lugar?
Mantén una distancia apropiada, generalmente de unos 45 cm a 1 metro. Si te sientes tentado a acercarte más, recuerda que ser relajado y profesional no requiere invadir el espacio de la otra persona. Si necesitas más cercanía, puedes acercarte ligeramente al final de la conversación, pero sin invadir su burbuja personal.

🎭 Ejemplo real:
Candidato D (distancia adecuada): Habla con el entrevistador de manera relajada, manteniendo una distancia cómoda. Se asegura de no invadir el espacio personal, pero mantiene una postura abierta y atenta.

No hagas teatro (aunque sea una actuación, haz que parezca natural)

A veces, en la presión de dar una buena impresión, tendemos a sobreactuar. Es decir, hacer gestos excesivos, exagerados o demasiado ensayados con el lenguaje corporal. Esto no solo es increíblemente obvio, sino que también puede generar vibras extrañas. Nadie necesita que actúes como si estuvieras en Broadway o en una película de acción. Las sobreactuaciones en el lenguaje corporal pueden hacer que tu confianza se vea forzada y poco sincera.

🚨 Errores comunes:

  • Usar gestos grandes en exceso: Mover las manos exageradamente o hacer gestos enormes con los brazos para enfatizar algo que no lo necesita. ¡Estamos en una entrevista, no en una escena de un musical!
  • Excesiva energía: La actitud de «estoy demasiado emocionado» a veces se nota demasiado, y parece que no sabes cuándo parar. Un entusiasmo controlado está bien, pero no necesitas que todo el mundo sepa que estás enérgico hasta el límite.

🎭 Ejemplo real:

Candidato E (sobreactuado): Mientras explica su experiencia, mueve las manos de manera tan dramática que parece que está haciendo una presentación en público más que en una entrevista. Los gestos son tan grandes que el entrevistador empieza a mirar las manos en lugar de escuchar las respuestas.

¿Qué hacer en su lugar?
Usa gestos naturales, que complementen lo que estás diciendo, sin exagerar. Mantén un tono de voz tranquilo y usa movimientos pequeños y adecuados que acompañen el contenido de tus palabras. Si sientes que tus gestos son demasiado grandes, bájales un poco la intensidad.

🎭 Ejemplo real:
Candidato F (lenguaje corporal natural): Cuando habla, usa las manos de manera moderada, solo para enfatizar puntos clave. Su lenguaje corporal fluye de manera natural, y no parece que se haya ensayado ante el espejo durante horas.

No te conviertas en «el candidato raro»

💡 Reglas de oro para evitar ser recordado por las razones equivocadas:
No hagas un espejo humano: Reflejar el lenguaje corporal de tu entrevistador está bien, pero con moderación.
Mantén el espacio personal adecuado: No invadas el espacio de tu entrevistador ni te acerques demasiado.
Evita el teatro: Usa gestos naturales, sin sobreactuar ni parecer un actor en una película.

Recuerda, la naturalidad es clave. Si sigues estas recomendaciones, seguro que tu lenguaje corporal será un aliado, no un enemigo. 😎

6️⃣ El entrevistador también juega: cómo interpretar su comunicación no verbal en la entrevista

A veces, pensamos que la entrevista solo depende de lo que nosotros hacemos, pero el entrevistador también es un jugador clave en este juego de «¿te quedas o no te quedas?». Al igual que tú, él también tiene sus propios gestos, señales y expresiones que te pueden dar pistas sobre lo que realmente está pensando. Y si sabes leer esas señales, puedes adaptar tu enfoque y salir victorioso. En este capítulo, vamos a descubrir cómo descifrar el lenguaje corporal del entrevistador y cómo usarlo a tu favor.

Cuando asiente pero no está convencido

Ah, ese momento en que el entrevistador asiente con la cabeza. ¡Eso es señal de que vas por buen camino, ¿verdad?** ¡O tal vez no!

🔍 ¿Qué está pasando realmente?

El asentimiento puede ser una señal de entendimiento o acuerdo, pero también puede ser una técnica defensiva que se utiliza para que no te sientas incómodo o para mantener la conversación fluida. El problema es que no siempre significa que le estés convenciendo. Si su rostro está inexpresivo o su asentimiento es demasiado automático, lo más probable es que esté pensando en otra cosa o no esté totalmente convencido.

🎭 Ejemplo real:

Candidato G (responde sin leer la situación): El entrevistador asiente repetidamente mientras el candidato explica su experiencia, pero su rostro sigue siendo neutro y distante. El candidato, sin darse cuenta, continúa hablando sin ajustar su enfoque. El entrevistador se siente como si estuviera atrapado en una repetición, pero el candidato sigue como si hubiera dado la respuesta perfecta.

¿Qué hacer en su lugar?
Cuando notes que el entrevistador asiente pero no está completamente involucrado, no te pongas nervioso ni sigas adelante como si todo estuviera bien. Haz una pausa y trata de leer más allá de su lenguaje corporal. Tal vez sea hora de reforzar tu respuesta o cerrar con más seguridad. Si tienes dudas sobre algo, no dudes en aclararlo o añadir más detalles que puedan captar su atención.

🎭 Ejemplo real:
Candidato H (ajusta su enfoque): Ve que el entrevistador asiente de forma automática, pero se da cuenta de que su expresión facial sigue sin cambio. El candidato, entonces, añade: «Y para ser más claro sobre eso, mi experiencia incluye…» y refuerza el punto. El entrevistador finalmente se muestra más interesado y comienza a sonreír ligeramente.

Cuando mira el reloj o el móvil: ¿te está ignorando o solo tiene prisa?

¿Qué pasa cuando el entrevistador empieza a mirar su reloj o móvil? ¿Está realmente perdiendo el interés o simplemente tiene una agenda ajustada? Es un momento crítico, porque no solo estás luchando contra el tiempo, sino también contra una señal de desconexión que puede dejarte nervioso.

🔍 ¿Qué está pasando realmente?

Primero, no entres en pánico. Si el entrevistador mira el reloj o su móvil, puede que simplemente esté tratando de gestionar su agenda. Pero si lo hace repetidamente o de manera visible, esto puede ser una señal de que no está tan interesado en lo que estás diciendo. Podría estar buscando una manera de acortar la conversación o ya haber perdido el interés.

🎭 Ejemplo real:

Candidato I (sin notar las señales): El candidato sigue hablando, sin percatarse de que el entrevistador ha mirado su reloj varias veces y ahora mira su móvil mientras escucha. El entrevistador está empezando a perder el enfoque. El candidato, nervioso, no cambia de dirección y sigue hablando a toda velocidad.

¿Qué hacer en su lugar?
Cuando te des cuenta de que el entrevistador mira el reloj o el móvil, no sigas con la misma velocidad o energía, sino que cambia el enfoque. Pregunta si tienen alguna duda o trata de redirigir la conversación hacia algo que pueda reavivar el interés. Asegúrate de que tu tono y energía se mantengan frescos y que puedas cerrar tus respuestas con claridad y seguridad. Si es apropiado, también puedes preguntar si se necesita más información o si hay algo más que te gustaría añadir.

🎭 Ejemplo real:
Candidato J (nota las señales y ajusta el enfoque): Ve que el entrevistador mira su reloj y decide cambiar el tono, terminando su respuesta con algo como: «Entiendo que el tiempo es limitado, pero creo que mi experiencia en [tema relevante] podría ser muy beneficiosa para este puesto. ¿Les gustaría que profundice más en eso?» Esto genera interés renovado en el entrevistador y recupera su atención.

Tipos de entrevistadores según su lenguaje corporal

Como el entrevistador también tiene su propio lenguaje corporal, es importante que seas capaz de identificar qué tipo de persona tienes al frente. ¿Está tan callado como un muro de piedra? ¿Es un súper amigable? ¿O te está analizando hasta el último poro de tu ser? Vamos a desglosar los tipos de entrevistadores más comunes que podrías encontrar.

El muro de piedra: expresión cero, imposible saber si le gustas

Este entrevistador es enigmático. No se mueve, no sonríe, no muestra emociones en su rostro. Su lenguaje corporal es casi imperceptible. Puede parecer que no le importas o que está completamente desconectado, pero en realidad, está analizando todo.

🎭 Ejemplo real:
Candidato K (desesperado por una reacción): El entrevistador no sonríe, no mueve una ceja. El candidato se siente como si estuviera dando una charla frente a un público mudo. Sigue hablando más y más rápido, sin recibir ningún tipo de señal de aprobación o rechazo.

¿Qué hacer en su lugar?
No dejes que la falta de reacción te desconcierte. Mantén la confianza y sigue respondiendo con claridad. En este tipo de situaciones, menos es más. La falta de emoción no significa desinterés, solo que el entrevistador está tomando notas o simplemente evaluando tu capacidad para mantener la calma.

El amigable extremo: mucho contacto visual, muchas sonrisas… ¿exceso de confianza o solo amable?

Este entrevistador se muestra excesivamente amigable. Sonríe constantemente, te da contacto visual frecuente y puede hacer que la entrevista se sienta como una charla entre amigos. ¡No es una mala señal, pero ojo! Puede ser una estrategia para ver si te relajas demasiado.

🎭 Ejemplo real:
Candidato L (relajado, pero tal vez demasiado): El entrevistador sonríe y asiente todo el tiempo. El candidato se siente tan cómodo que empieza a hablar de más o incluso hacer bromas inapropiadas. El entrevistador, aunque amigable, está analizando la capacidad del candidato para mantener la profesionalidad.

¿Qué hacer en su lugar?
Aunque el entrevistador esté sonriente y amigable, recuerda que estás en una entrevista profesional. No dejes que la atmósfera relajada te haga perder la concentración. Aprovecha la oportunidad para mostrar tu personalidad sin caer en la excesiva confianza.

El detective: pausas largas, mirada intensa… te está analizando hasta el alma

Este entrevistador tiene pausas largas y te mira fijamente, como si estuviera evaluando cada palabra que dices. ¡No te asustes! Es probable que esté buscando profundidad y autenticidad en tus respuestas.

🎭 Ejemplo real:
Candidato M (se siente intimidado): El candidato empieza a ponerse nervioso por la intensidad de la mirada del entrevistador. Cada vez que responde, el entrevistador se queda en silencio durante unos segundos. El candidato se siente presionado y empieza a dar respuestas innecesarias.

¿Qué hacer en su lugar?
No te dejes intimidar. Este entrevistador solo quiere escuchar con atención. Tómate un momento para respirar y pensar antes de responder. Si hay una pausa, no la llenes con más palabras. Aprovecha para articular tu respuesta de manera clara y pensada.

El lenguaje corporal de tu entrevistador es una herramienta poderosa para leer entre líneas y ajustar tu desempeño. Si aprendes a interpretar sus señales, podrás ajustar tus respuestas y comportarte de manera aún más estratégica. La clave es mantenerte atento a sus movimientos y expresiones, sin dejar que te desconcierten, y usar toda esa información para llevar la entrevista a tu favor. ¡Es un juego, pero tú puedes ser el mejor jugador! 🎯

El multitarea: revisa papeles, escribe correos… ¿está contigo o en otra galaxia?

Este entrevistador parece tener demasiadas cosas en su plato. Mientras hablas, revisa documentos, teclea en su ordenador o incluso responde mensajes en su móvil. Es difícil saber si realmente está prestando atención o si simplemente está tratando de salir del paso.

🔍 ¿Qué está pasando realmente?

No siempre significa que no le intereses. Algunas personas están acostumbradas a hacer varias cosas a la vez, y puede que solo sea su manera de trabajar. Sin embargo, si notas que su nivel de interacción es bajo (pocas preguntas, contacto visual mínimo), es posible que no te esté escuchando con la suficiente atención.

🎭 Ejemplo real:
❌ Candidato N (ignora la situación y sigue hablando): El entrevistador está tecleando mientras el candidato responde. En lugar de hacer una pausa o verificar si lo está siguiendo, el candidato sigue con su discurso como si nada. Al final, el entrevistador hace una pregunta que ya había sido respondida, dejando claro que no estaba escuchando.

✅ ¿Qué hacer en su lugar?
Si ves que el entrevistador está distraído, haz una breve pausa estratégica. Puedes aprovechar para preguntar algo como: «¿Le gustaría que profundice más en algún punto?» o «¿Quiere que le resuma esto de otra forma?» Esto lo obliga a reconectar contigo y mostrar interés en la conversación. También puedes variar ligeramente el tono o el ritmo de tu discurso para captar su atención de nuevo.

🎭 Ejemplo real:
✔ Candidato O (recupera la atención): Nota que el entrevistador está tecleando y hace una breve pausa antes de decir: «Sé que tiene un horario ocupado, así que iré al grano: mi experiencia más relevante para este puesto es…» Esto hace que el entrevistador levante la vista y vuelva a centrarse en la conversación.

🎬 Ser natural es un arte, pero con truco

La comunicación verbal y no verbal en una entrevista es un juego sutil de autenticidad y autocontrol. A veces, parece que tener la respuesta perfecta es lo único importante, pero, en realidad, tu lenguaje corporal y las señales invisibles que emites juegan un papel igual de crucial. Ser natural es un arte, sí, pero hay un truco detrás: saber cuándo dejar de forzar las cosas y permitir que tu auténtico yo brille… sin que parezca que estás actuando.

🔑 El secreto está en la autenticidad, pero con autocontrol

Todo se reduce a encontrar el equilibrio perfecto entre ser tú mismo y gestionar tus nervios. ¿La clave? Autenticidad, pero sin caer en el exceso de relajación. Evita las caras raras, las sonrisas nerviosas o las respuestas improvisadas que pueden hacerte parecer que estás en una película de comedia. No, no estamos buscando que seas el próximo actor de Hollywood, sino alguien capaz de transmitir seguridad sin perder su esencia.

🧠 Claves para que tu comunicación verbal y no verbal juegue a tu favor

  1. Sé consciente de tu postura y tu tono de voz: Una postura erguida y un tono seguro hacen maravillas. No te hundas en la silla ni te pongas rígido como una tabla, solo relájate y mantén una postura abierta.
  2. Haz pausas estratégicas: No tienes que hablar sin parar para impresionar. Las pausas bien colocadas te ayudan a pensar mejor y a darle tiempo al entrevistador para procesar lo que acabas de decir.
  3. Gestos naturales, no de robot: La gesticulación excesiva o los movimientos nerviosos son un claro signo de incomodidad. Evita que tus manos se conviertan en una danza improvisada; mantenlas relajadas y visibles, pero sin parecer que están buscando un nuevo amigo en el aire.
  4. Sonríe genuinamente: Nada peor que una sonrisa forzada o de «venta agresiva». La clave es mantenerla natural, como si estuvieras hablando con un amigo o compañero de trabajo, no con un público que evalúa cada palabra.
  5. Lee el lenguaje corporal del entrevistador: Si notas que están mirando el reloj o te hacen preguntas que parecen analizar más que escuchar, ajusta tu enfoque. Sigue el flujo de la conversación, pero no te pongas en piloto automático. Mantente flexible y atento a sus señales.

🏋️‍♀️ Cómo entrenar estas habilidades sin parecer que estás ensayando para una obra de teatro

La práctica es clave, pero no se trata de ensayar cada movimiento como si fueras a presentarte en un escenario. Es más bien ser consciente de tu lenguaje corporal y las señales que emites, y aprender a ajustarlas en tiempo real. Puedes practicar frente a un espejo o grabarte mientras respondes preguntas. No es para convertirte en un actor de cine, sino para que te sientas cómodo y seguro en tu propia piel.

Así que, la próxima vez que te enfrentes a una entrevista, recuerda: sé tú mismo, pero con la confianza de que sabes lo que estás haciendo. El truco está en la práctica constante, en ajustar tu autenticidad según la situación, y en recordar que, al final del día, todos somos humanos. Y eso, mi querido candidato, es lo que realmente te hará brillar. 🌟

💡 Bonus: Mini-test

¿Eres el candidato ideal o un desastre comunicativo?

¿Estás listo para poner a prueba tus habilidades de comunicación en una entrevista? Este mini-test rápido y divertido te ayudará a saber si eres el candidato ideal o si necesitas practicar un poco más. ¡Vamos a ver qué tan bien te comunicas, sin presiones!

1. ¿Qué haces cuando el entrevistador te pregunta sobre tus debilidades?

a) Empiezo a decir que no tengo debilidades (¡no soy perfecto, pero casi!).
b) Menciono una debilidad genuina, pero con un giro positivo.
c) Menciono una debilidad, pero luego empiezo a hablar de todas las cosas buenas que hago para compensarla.

2. ¿Cómo manejas las preguntas incómodas sobre tu historial laboral?

a) Me pongo nervioso y cambio de tema rápidamente.
b) Respondo con honestidad, pero trato de enfocarme en lo que aprendí de esa experiencia.
c) Me enredo en detalles irrelevantes y acabo hablando más de lo necesario.

3. ¿Cuánto contacto visual mantienes durante la entrevista?

a) Ni un segundo, ¡me siento incómodo mirando fijamente!
b) Mantengo el contacto visual en la mayoría de las preguntas, pero no soy un “mirón”.
c) Soy el rey/reina del contacto visual; te miro como si estuviéramos en una cita.

4. ¿Qué haces con tus manos mientras hablas?

a) No tengo ni idea de qué hacer con ellas, así que las escondo debajo de la mesa.
b) Uso mis manos para enfatizar puntos importantes, pero sin exagerar.
c) Mis manos son como marionetas: ¡mueven todo el cuerpo!

5. ¿Tu postura durante la entrevista es…?

a) Algo como «se me olvidó cómo sentarme» – estoy todo doblado o muy rígido.
b) Relajada pero profesional, me siento cómodo pero no demasiado cómodo.
c) Postura perfecta, como si fuera una estatua en un museo.

6. ¿Cómo manejas la presión cuando no sabes la respuesta a una pregunta difícil?

a) Empiezo a sudar, me pongo nervioso y digo algo como “no sé, no sé”.
b) Respira hondo y digo que no tengo la respuesta exacta, pero que podría investigar más.
c) Empiezo a improvisar como si estuviera improvisando un guion, pero con demasiada confianza.

7. ¿Qué haces cuando te preguntas algo inesperado?

a) Me quedo en blanco y tartamudeo.
b) Respondo lo mejor que puedo y, si no sé, admito que no tengo la respuesta exacta.
c) Empiezo a hablar de algo totalmente irrelevante para llenar el espacio.

8. ¿Tu sonrisa es más…?

a) Rara y forzada, como si estuviera en un concurso de “la mejor sonrisa falsa”.
b) Natural, pero intento no sonreír demasiado para no parecer raro.
c) Siempre sonrío y no puedo dejar de hacerlo, incluso cuando no tiene sentido.

9. ¿Cómo reaccionas si el entrevistador te da una mirada desconcertante?

a) Me pongo nervioso y trato de explicarme más aún, como si estuviera justificando algo.
b) Trato de leer su expresión y ajusto mi respuesta para dar más contexto.
c) Sigo adelante como si todo estuviera perfecto, sin preocuparme por las señales que me están dando.

10. ¿Qué harías si un entrevistador está claramente aburrido?

a) Me pongo más nervioso y trato de hablar más rápido para no quedarme sin palabras.
b) Trato de hacer la conversación más amena, tal vez con una broma ligera o una historia interesante.
c) ¡Seguiría hablando como si nada estuviera pasando! Después de todo, ¡no me están interrumpiendo!

¿Cómo evaluar tus respuestas?

  • Mayoría de respuestas A: ¡Candidato en riesgo de convertirse en un desastre comunicativo!
    • Parece que la ansiedad y los nervios están jugando en tu contra. Tranquilo, todo se puede mejorar con práctica. Recuerda que la autenticidad es clave, pero también lo es mantener el control de tu lenguaje corporal y verbal. ¡Frente al espejo, ya!
  • Mayoría de respuestas B: ¡Estás en el camino correcto!
    • Tienes la mezcla adecuada de naturalidad y control. A veces el nerviosismo te puede jugar una mala pasada, pero con un poco de trabajo, tu capacidad de comunicación será más sólida que nunca. ¡Sigue así!
  • Mayoría de respuestas C: ¡El candidato ideal!
    • ¡Estás dominando el juego de la comunicación en entrevistas! Sabes cómo mantener la calma, adaptarte a la situación y comunicarte de manera efectiva sin perder tu autenticidad. Tal vez un toque extra de humildad no vendría mal, pero en general, ¡estás listo para impresionar a cualquier entrevistador!
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